viernes, 29 de junio de 2012

Método Grounding


Método Grounding
L
iberación de tensiones y emociones

La palabra grounding fue usada por primera vez en la psiquiatría y la psicología por el psicólogo norteamericano Alexander Lowen (1910-2008) creador del Análisis Bioenergético, donde se postula que lo que sucede en el cuerpo es idéntico a lo que sucede en la mente y viceversa. Grounding podría ser traducido al castellano como “enraizamiento” o “aterrizar en la tierra”. Si lo enfocamos desde lo chamánico es la reconexión con la madre tierra o la Pachamama. Este ritual se mantiene entre los quechuas y los aymaras de algunos países de América del Sur hoy en día.
Partiendo de los fundamentos creados por Wilhelm Reich (discípulo de Freud y creador de la orgonoterapia), Lowen formuló la idea de que en el ser humano existe un compuesto de corrientes energéticas que circulan libremente por el cuerpo; a esto lo llamó energía vital o bioenergía (Reich le llamó orgón, los taoístas Chi, los hindúes Prana y en las artes marciales japonesas se llama Ki).

El flujo y el estancamiento de esta energía tendría una correlación en su
conexión pensamiento-cuerpo-emoción.
Sobre esta hipótesis desarrolló posturas (ejercicios bioenergéticos) de: respiración (relajación / estimulación), energéticos (carga / descarga), musculares (expresión), que permiten liberar las emociones y tensiones de la persona. Sus aportes al conocimiento de la naturaleza humana siguen hoy evolucionando en una corriente psicológica que cada vez encuentra más expresión en nuestro tiempo.

¿Con qué tiene que ver el grounding? Con estar con los pies asentados en la tierra. Si no hay grounding no existe la conexión con la realidad y todo está centrado en la fantasía. Esto se ve en determinadas personalidades que sólo se dedican a pensar y hacen muy poco en el mundo real. A veces se dice de algunas personas “no tiene los pies en la tierra” o “vive en las nubes”; son metáforas del lenguaje del carácter racional e intelectual.

Para la Bioenergética, el grounding es la base de su teoría psicológica; sin grounding, no hay raíz y, sin raíz, un árbol no puede crecer y una persona tampoco. Esta raíz tiene que ver con la estructura que recibimos en nuestra infancia y la consecuencia es cómo nos conducimos en la vida en el presente. Por ejemplo, existen personalidades que fueron demasiado sostenidas y protegidas en sus primeros años de su vida y hoy no tienen la capacidad de vivir solos; su raíz actual está en simbiosis con otra persona, demostrando su incapacidad para la independencia y autonomía.
El Análisis Bioenergético usa determinadas posturas (me gusta más que llamarles ejercicios) de stress para lograr esa libre circulación energética y la capacidad de tener grounding. Algunas posturas son similares a las usadas por las personas que practican Chi Kung (o Qi Gong, trabajo con la energía interna de origen taoísta) de manera estática, en donde el flujo energético se manifiesta con vibración, temblores y cambios de temperatura corporal.

Grounding tiene que ver con un yo fuerte, independiente y autónomo. En las artes marciales tradicionales esto es muy claro: si no hay raíz o grounding en un combate es imposible derrotar al adversario o, apenas, continuar el combate. Para la psicoterapia corporal hay un grounding postural y otro interno, que tiene que ver con cómo me siento conmigo mismo. Impedir el grounding provoca un colapso interno en el carácter de la persona.

La biosíntesis de David Boadella habla de un grounding interno (instroke), el cual depende de estar centrado, de focalizarse, de concentrarse, de organizarse y de crear representaciones internas. Por ejemplo, determinadas personas que poseen el sentimiento de ser especiales en el mundo y actúan con orgullo, les falta grounding por una carencia de contacto inadecuado con sus sentimientos y con su cuerpo.

El grounding a nivel embriológico tiene que ver con el mesodermo, que es el sistema creador de los músculos-huesos, corazón y sistema cardiovascular, órganos de reproducción, sistema urinario y la sangre. El mesodermo está vinculado a la acción y al movimiento. Sin acción hay colapso; si alguien no puede dirigirse hacia lo que desea hay un bloqueo que se manifiesta en todo el cuerpo y en la personalidad. Si esto perdura por años se transforma en enfermedad en el cuerpo-mente.

Para la psicoterapia corporal, el grounding sería como un sistema de comunicación, que se va desarrollando desde el nacimiento. El trabajo psicoterapéutico consiste en desarrollar el grounding y establecer nuevas posibilidades de contacto, donde el yo se desenvuelve de una manera más sana.
Odila Weigand (psicóloga- bioenergética) plantea que existen diversos tipos de groundings, no solo el postural y el interno, sino también el grounding de la familia, la cultura y la religión, los cuales actúan como sostén en la persona. Es posible percibir esta carencia de grounding en el exilio, donde no existe un territorio de contacto con el yo.

Robert Lewis, psicoterapeuta bioenergético, nos habla de un grounding prematuro que tiene que ver con la madurez prematura del niño. La realidad es que el grounding es un soporte y un sostén; y a mayor sostén, más capacidad de ser felices y desarrollarnos mejor como personas. Esto implica un mejor equilibrio entre lo que pensamos, sentimos y hacemos; es decir, entre el respeto a lo trascendente, la compasión al otro y el amor a uno mismo.

“De pie, solo e inmutable, uno puede observar todos los misterios presentes en cada momento y que fluyen incesantemente. Ésta es la puerta a las maravillas indescriptibles.”

Lao Tze




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